Los canarios son animales dóciles y es muy frecuente ver a estos ejemplares en ventanas, balcones, terrazas y un largo etcétera de sitios, ya sea por sus colores o por el canto, que es lo que más suele atraer a la hora de hacerse con alguno de ellos.
En cuanto a sus cuidados, hay que tener una buena higiene en las jaulas. Lo ideal sería limpiarlas una vez por semana, de esta forma el canario lo agradecerá y nosotros estaremos más tranquilos al saber que así prevenimos infecciones y/o enfermedades. A los bebederos hay que cambiarles el agua TODOS los días, ya que la mayoría de las veces las enfermedades provienen del agua. En ellos habrá que poner unas 3-4 gotas de vinagre de manzana los primeros 5 días de cada mes. Esto sirve para acidificar el estómago del pájaro, porque las bacterias no crecen en medios ácidos. Además, es un buen preventivo y contiene vitaminas para los canarios.
Una buena y variada alimentación también es importante, pues los canarios, dependiendo de la fase del año en la que nos encontremos, deberán tener diferentes nutrientes; el brócoli, por ejemplo, es el mejor alimento que podemos aportarles en sustitución de la lechuga, porque ésta, a la larga, les acaba provocando diarrea. ¡No he visto alimento que les guste más que el brócoli! No dejan ni rastro. También se usa para encelar a los canarios gracias a su aporte de vitamina E. Otra forma de dárselo es mezclarlo en algún bizcocho hecho en pajarerías, granerías, tiendas de animales, etc.
La época de cría en el Hemisferio Norte empieza en el mes de marzo y acaba en junio. Lo normal es que cada hembra ponga entre 3 y 5 huevos. Se recomienda que cada pareja de canarios haga tres nidadas o cuatro como mucho. En el caso de pasar de este número, hay que tener en cuenta que se está jugando con la salud de las hembras, puesto que supone un gran desgaste para ellas.